A finales de los años cincuenta y principios de los años sesenta surgen en México varios grupos que se dedican a traducir (o adaptar a sus vivencias) los éxitos del rock and roll estadounidense al español, como Los Teen Tops (La Plaga, Popotitos, Presumida), Los Reno, Los Hooligans, Los Rebeldes del Rock, Los Crazy Boys, Los Locos del Ritmo (creadores de la que muchos consideran la primera canción original en música y letra de rock en español: Yo no soy un rebelde sin causa) y un sin fin de agrupaciones más que, contagiados por el movimiento que se daba en los EE. UU., y también como parte de la cercanía geográfica, abrazaron esta música como símbolo del rompimiento generacional que dividió el México revolucionario del México moderno.
Existieron una inmensa cantidad de grupos (muchos de ellos hoy casi olvidados en México y poco conocidos en otros países), esto sucedió en dos etapas (1958-1962) y (1963-1970), abarcando diferentes estilos y logrando cierto éxito. Existieron pocas posibilidades de crecimiento por la escasa promoción musical, limitaciones en las técnicas de grabación en los primeros años y carecer de la oportunidad de componer temas originales, ya que las exigencias del mercado en aquel entonces no lo permitieron en gran escala. Algunos de estos grupos aún existen y se mantienen activos, con algunos cambios de alineación.
Primera época: Los Locos del Ritmo, Los Rippers, Los Teen Tops, Los Gliders, etc.
Segunda época: Los Apson, Los Reno, Los Ovnis, etc.
Uno de los principales problemas que se enfrenta en la actualidad es la carencia de información sobre muchos de los grupos mexicanos que fueron exponentes de este género musical.
Al igual que en EE. UU., en México los grupos de rock and roll pronto se vieron copados por el mercado discográfico, que separó a las voces sobresalientes o a los miembros más carismáticos de aquellos primeros grupos para generar productos comerciales que serían la base del pop que sustituyó al rock and roll. Surgirían así solistas como Enrique Guzmán, César Costa, Angélica María, Johnny Laboriel y otros que imitarían a cantantes estadounidenses como Elvis Presley, Paul Anka, Little Richard y Chuck Berry, así como a los ingleses Cliff Richard y The Shadows. Muchos de estos primeros cantantes aún permanecen activos en la farándula mexicana, y aún se refieren a sí mismos como “rocanroleros”.
La reacción a este hecho, que llevó al rock and roll a ser un pop suave encaminado al consumo del gran mercado, fue el surgimiento a mediados de los años 60 de varias agrupaciones en ciudades como Guadalajara y Tijuana (tierra de origen del rock chicano, que impulsó a Carlos Santana), con un sonido más áspero, fuera del medio discográfico, que retomaron la vena de rebeldía y que seguían de alguna manera el movimiento de la invasión británica, así como el recrudecimiento que tuvo esta música en sus lugares de origen y que, a la postre, llevarían a transformar el rock and roll en rock.
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